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sábado, octubre 17, 2009

Premios Nobel de la Paz: La violencia es una enfermedad evitable

CARTA PARA UN MUNDO SIN VIOLENCIA
La violencia es una enfermedad evitable

Ningún Estado o individuo puede estar seguro en un mundo inseguro. Los valores de la noviolencia han pasado de ser una alternativa, a convertirse en una necesidad, tanto en las intenciones, como en los pensamientos y en las prácticas. Estos valores se expresan en su aplicacion a las relaciones entre estados, entre grupos y entre individuos.

Estamos convencidos de que la adhesión a los principios de la noviolencia introducirá un orden mundial más civilizado y pacífico, en el que pueda ser realidad un gobierno más justo y eficaz, respetuoso de la dignidad humana y de la sacralidad de la misma vida.

Nuestras culturas, nuestras historias y nuestras vidas individuales están interconectadas y nuestras acciones son interdependientes. Hoy como nunca antes, creemos encontrarnos frente a una verdad: el nuestro es un destino común. Ese destino será determinado por nuestras intenciones, nuestras decisiones y nuestras acciones de hoy.

Estamos firmemente convencidos que crear una cultura de paz y de no violencia es un objetivo noble y necesario, aun cuando sea un proceso largo y difícil. Afirmar los principios enunciados en esta Carta es un paso de vital importancia para garantizar la supervivencia y el desarrollo de la humanidad y lograr un mundo sin violencia.

Nosotros, personas y organizaciones premiadas con el Nobel por la Paz,

Reafirmando nuestro compromiso con la Declaración Universal de los Derechos Humanos,

Preocupados por la necesidad de poner fin a la propagación de la violencia en todos los niveles de la sociedad y, sobre todo, a las amenazas que a nivel global ponen en peligro la misma existencia de la humanidad,

Reafirmando que la libertad de pensamiento y de expresión está en la raíz de la democracia y de la creatividad,

Reconociendo que la violencia se manifiesta de muchas formas, ya sea como conflicto armado, ocupación militar, pobreza, explotación económica, destrucción del medioambiente y prejuicios basados en la raza, la religión, el género o la orientación sexual,

Reparando en que la glorificación de la violencia, como se expresa a través del comercio del entretenimiento, puede contribuir a la aceptación de la violencia como una condición normal y admisible,

Convencidos de que los más perjudicados por la violencia son los más débiles y vulnerables;

Teniendo en cuenta que la paz no es solamente la ausencia de violencia sino también la presencia de justicia y el bienestar de la gente;

Considerando que un inadecuado reconocimiento de las diversidades étnicas, culturales y religiosas por parte de los Estados, está en la raíz de mucha de la violencia que existe en el mundo,

Reconociendo la urgencia de desarrollar un planteo alternativo a la seguridad colectiva basado en un sistema en el que ningún país, o grupo de países, deba contar con las armar nucleares para la propia seguridad;

Conscientes de que el mundo necesita mecanismos globales eficientes y prácticas noviolentas de prevención y resolución de conflictos, las cuales tienen mayor éxito cuando son adoptadas en la fase más precoz posible

Afirmando que aquellos que tienen investiduras de poder tienen la mayor responsabilidad de poner fin a la violencia, donde sea que se manifieste y de prevenirla cada vez que sea posible,

Convencidos que los principios de la no violencia deben triunfar en todos los niveles de la sociedad, así como en la relaciones entre los Estados y las personas;

Llamamos a la comunidad internacional a favorecer el desarrollo de los siguientes principios:

Primero: En un mundo interdependiente, la prevención y el cese de los conflictos armados entre Estados y dentro de los Estados requiere una acción colectiva de parte de la comunidad internacional. El mejor modo de garantizar la seguridad de los estados individuales es avanzar en la seguridad global humana. Esto requiere reforzar la capacidad de implementación de la ONU y de las organizaciones de cooperación regional.

Segundo: Para lograr un mundo sin violencia, los Estados deben respetar siempre el estado de derecho y honrar sus acuerdos jurídicos.

Tercero: Es esencial encaminarse sin más demoras hacia la eliminación verificable de las armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva. Los Estados que detentan tales armas deben dar pasos concretos hacia el desarme y adoptar un sistema de defensa que no se base en la disuasión nuclear. Al mismo tiempo los Estados deben empeñarse en consolidar un régimen de no proliferación nuclear, reforzando también verificaciones multilaterales, protegiendo el material nuclear y llevando adelante el desarme.

Cuarto: Para reducir la violencia en la sociedad, la producción y la venta de armas pequeñas y ligeras debe reducirse y ser rigurosamente controlada a nivel internacional, estatal, regional y local.

Además, debe existir una total y universal aplicación de los acuerdos internacionales en materia de desarme, como por ejemplo el Tratado para la Prohibición de Minas de 1997, y el sostén de nuevos esfuerzos dirigidos a eliminar el impacto de las armas indiscriminadas y activadas por las víctimas, como por ejemplo las municiones en racimo.

Quinto: El terrorismo jamás puede tener justificación, porque la violencia genera violencia y porque ningún acto de terror contra las poblaciones civiles de ningún país puede ser perpetrado en nombre de ninguna causa. La lucha contra el terrorismo no puede, sin embargo, justificar la violación de los derechos humanos, del derecho humanitario internacional, de las normas de la sociedad civil y de la democracia.

Sexto: Poner fin a la violencia doméstica y en las familias exige el respeto incondicional de la igualdad, de la libertad, de la dignidad y de los derechos de las mujeres, de los hombres y de los niños, de parte de todos los individuos e instituciones del estado, de la religión y de la sociedad civil. Tales tutelas deben incorporarse a las leyes y a las convenciones locales e internacionales.

Séptimo: Cada individuo y Estado comparten la responsabilidad de prevenir la violencia contra los niños y los jóvenes, quienes representan nuestro futuro común y nuestro bien más preciado, y promover oportunidades de instrucción, el acceso a la asistencia sanitaria primaria, la seguridad personal, la tutela social y un entorno favorecedor que refuerce la no violencia como estilo de vida y no como sueño utópico. La educación en la paz, la promoción de la no-violencia y el énfasis en la compasión como cualidad innata deben ser parte esencial de los programas educativos a todos los niveles.

Octavo: Prevenir los conflictos derivados del agotamiento de los recursos naturales y, en particular, de las fuentes de agua y de energía exige que los Estados desarrollen un rol activo e instituyan sistemas jurídicos y modelos dedicados a la protección del ambiente y a la contención de su consumo en base a la disponibilidad de los recursos y a las reales necesidades humanas

Noveno: Llamamos a las Naciones Unidas y a sus Estados miembros a promover un reconocimiento significativo de las diversidades étnicas, culturales y religiosas. La regla de Oro de un mundo no violento es: “Trata a los demás como quisieras ser tratado”.

Décimo: Los principales instrumentos políticos necesarios para forjar un mundo no violento son las instituciones democráticas eficaces y el diálogo basado en la dignidad, el conocimiento y el compromiso, conducidos en el respeto del equilibrio entre las partes involucradas, y, donde sea apropiado, teniendo también presente los aspectos de la sociedad humana en su totalidad y del ambiente natural en que vive.

Décimoprimero: Todos los Estados, instituciones e individuos deben apoyar los esfuerzos por superar las desigualdades en la distribución de los recursos económicos y resolver grandes iniquidades que crean un terreno fértil para la violencia. La disparidad de condiciones de vida lleva inevitablemente a la falta de oportunidades, y en muchos casos, a la pérdida de esperanza.

Décimosegundo: La sociedad civil, inclusos los defensores de los derechos humanos, los pacifistas y los activistas ambientales, debe ser reconocida y protegida como esencial para la construcción de un mundo no violento, así como todos los gobiernos deben servir a sus propios ciudadanos y no al contrario. Deben crearse las condiciones para permitir y alentar la participación de la sociedad civil, en particular de las mujeres, en los procesos políticos a nivel mundial y local.

Décimotercero: Implementando los principios de esta Carta, nos dirigimos a todos para que se trabaje juntos por un mundo justo y libre de matanzas, en el que cada uno tenga el derecho a no ser muerto y a su vez el deber de no dar muerte a nadie.

Para remediar todas las formas de violencia, alentamos la investigación científica en los campos de la interacción humana y del dialogo, e invitamos a las comunidades académicas, científicas y religiosas a ayudarnos en la transición hacia una sociedad no-violenta y no-asesina.


Firman la Carta para un Mundo sin Violencia

Mairead Corrigan Maguire

Su Santidad el Dalai Lama

Mikhail Gorbachev

Lech Walesa

Frederik Willem De Klerk

Arzobispo Desmond Mpilo Tutu

Jody Williams

Shirin Ebadi

Mohamed ElBaradei

John Hume

Carlos Filipe Ximenes Belo

Betty Williams

Muhammad Yanus

Wangari Maathai

International Physicians for the Prevention of Nuclear War

La Cruz Roja

International Atomic Energy Agency

American Friends Service Committee

International Peace Bureau


Apoyan la Carta para un Mundo Sin Violencia

Walter Veltroni, Ex Alcalde de Roma

Mr. Tadatoshi Akiba Presidente de Alcaldes por la Paz y Alcalde de Hiroshima

Agazio Loiero, Gobernador de la Región de Calabria, Italia

Prof. M.S. Swaminathan, Ex Presidente del Pugwash Conferences on Science and World Affairs, Organización Premio Nobel de la Paz.

David T Ives, Instituto Albert Schweitzer

George Clooney, actor

Don Cheadle, actor

Bob Geldof, cantante

Peace People, Belfast, Irlanda del Norte

Memoria Collettiva, Asociación

Hokotehi Moriori Trust, Nueva Zelanda

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jueves, octubre 01, 2009

Rafael de la Rubia: palabras de inicio de la Marcha Mundial

Rafael de la Rubia en Wellington, Nueva Zelanda. Palabras en el acto de Inicio de la Marcha Mundial por la Paz y la NoViolencia. 2 de octubre de 2009. Pressenza IPA

Hoy, 2 de Octubre del año 2009, cuando se cumplen 140 años del nacimiento de Mahatma Gandhi, día internacional de la No Violencia, en Oceanía, en Wellington, iniciamos la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.
Nueva Zelanda, el país más oriental del planeta, es un referente para el mundo por su lucha por la paz y el desarme, porque los neozelandeses se sacaron el yugo de las bases extrajeras y el del armamento nuclear.

Desde este lugar extremo y alejado de los centros de poder iniciamos esta acción mundial. Venimos de más al oriente, de las islas Chatham (Rekohu) que es el lugar que recibe los primeros rayos del sol, con los que comienza el día en el planeta. Allí con los amigos de las culturas ancestrales, los moriori comenzamos este recorrido que va a tener un valor simbólico.
Esta marcha mundial, que algunos han calificado como la más grande manifestación que se realizará por la Paz y la no-violencia, recorrerá más de 100 países de los 5 continentes, cosa nunca antes realizada en la historia y acabará el 2 de enero de 2010 en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas al pie del monte Aconcagua, el techo de occidente.
Aspiramos a que de igual manera a como aquí amanece el día para el planeta, comience para toda la humanidad un nuevo día con un mundo sin armas nucleares y sin guerras.
Amigos, como todos Uds. saben además de en Wellington, hoy en muchas otras ciudades, pueblos, incluso en pequeñas aldeas, también comienza esta gran marcha con multitud de acciones. Un gran saludo a los amigos de Australia, de los países asiáticos, de África, a los amigos de Europa, a los amigos de América del Norte y a los amigos de América del Sur.
Esta marcha, ya ha impactado nuestras conciencias. Estamos decididos a trabajar por la desaparición de las guerras y la eliminación de la violencia. Este anhelo que la mayoría de los seres humanos han llevado en su corazón desde muy antiguo, hoy cobra un nuevo sentido pues podemos sintonizarnos como una sola voz en todo el planeta. Nunca antes tuvimos una oportunidad como esta. Esta marcha puede convertirse en un fenómeno sin precedentes que nos sitúe en un nuevo momento histórico.
¿De dónde venimos? En nuestra memoria colectiva las guerras, las conquistas, las invasiones siguen siendo principal referente de nuestra historia. Así se enseña en las escuelas. La violencia se la continúa encumbrado como máximo exponente de honor y valor. Esto nos ha llevado a esta situación de violencia generalizada donde lo que se impone es la fuerza destructiva. ¿Quiénes son los países que deciden a nivel internacional? Los que tienen más poderío de destrucción. Además, hoy este poder se entremezcla con otros, el poder militar mueve al económico, que a su vez controla los medios de comunicación y todos acaban manejando el poder político. Esta violencia se ha instalado como un complejo entramado que partiendo desde los niveles gubernamentales e institucionales se proyecta a todos los ámbitos de la sociedad.
Mientras tanto, con el progreso conseguido por acumulación histórica, la humanidad tendría recursos suficientes para que se diera un paso de gigante garantizando a todo ser humano la comida, el agua, la atención sanitaria, el hábitat mínimo y una educación suficientes y dignas. Teniendo esa posibilidad, los recursos se emplean en desarrollo desmedido de armamento, en la militarización. Esta sangría de los recursos de la sociedad está también haciendo retroceder la calidad de vida de la clase media en todos los rincones del planeta. Postergando progresivamente a los sectores más débiles, como son jóvenes y niños, mujeres y mayores.
La Marcha Mundial se inicia el año en el que este sistema entro en la más grave crisis financiera mundial. Todos hemos experimentado las restricciones de la recesión. Sin embargo este año se volvió a batir el récord de las mayores inversiones en armamento de la historia.
En todo el planeta los descontentos van en aumento. ¿Y qué hacen los gobiernos en general? Aumentan la represión, la militarización, los controles son cada vez mayores llegando a extremos hoy ya insostenibles.
No faltan mentes afiebradas de gobernantes y grupos económicos del aparato militar-industrial, el poder en la sombra, que ven como salida a este “desorden” que ellos mismos han generado, la confrontación armada. Así lo han venido haciendo durante siglos. Su solución es “a grandes crisis, grandes guerras”.
Pero hoy la cosa va más allá. Hay países que hablaban de la posibilidad de realizar ataques nucleares “controlados” en las guerras convencionales. Hay grupos minoritarios buscando meternos en una tercera guerra mundial. Volver a aterrorizar de nuevo a la humanidad, para mantener su hegemonía mundial por otros 60 o 70 años. Quieren otros Hiroshima y Nagasaki para apuntalar su poder caduco y trasnochado. Estos se autodenominan países civilizados…
Pero la historia tiene sus recovecos y sus cambios de dirección. Y al mismo tiempo conviven otras situaciones, no todo es negativo, se están abriendo nuevas posibilidades. Hoy también se respiran aires de cambio en el mundo. Se vuelve a saborear la esperanza de lo nuevo…
Hay miles de miles, millones de razones, como incontables son los muertos en la historia humana que reclaman un “basta ya”. Paremos la violencia definitivamente. Queremos un mundo sin agresiones armadas, sin invasiones, en el que se reduzca el gasto militar. Re direccionemos los presupuestos militares para beneficio de la sociedad civil. ¡Que tanto lo necesita¡ Replanteamos por fin la función de los ejércitos hacia la ayuda a las poblaciones en catástrofes, ayuda humanitaria, etc. Basta ya de ejércitos de guerra, construyamos ejércitos para la paz.
Amigos ésta es una marcha que no tiene retorno. Ésta es una marcha que solo se detendrá cuando cesen las guerras en el mundo. Ésta es la marcha de los que ya estamos cansados de tanta violencia. Ésta es una marcha que viene de muy desde atrás en la historia. Esta marcha comenzó en aquel momento en que un ser humano violentó a otro. Surgió en aquella tribu que agredió a otra más débil. Se inició cuando se exterminó a aquella minoría. Ahí están los orígenes de esa violencia que se recrea cada día cuando violentamos a la gente de nuestro entorno, cuando unos grupos discriminan a otros, cuando se utiliza el poder para reprimir, controlar e imponer. Cuando no tratamos a lo demás como nos gustaría ser tratados.
Esta es una marcha que recorrerá el mundo alertando sobre el grave peligro en el que estamos, pero también anunciando que nos encontramos ante la posibilidad de salir finalmente de la “prehistoria humana”.
Pidiendo este “basta ya” nos ponemos a marchar y ojala ésta marcha nunca se acabe hasta que las armas nucleares y las guerras desaparezcan de las faz de la tierra.
Convocamos a los que han mantenido alguna lucha pacífica y no-violenta, a todos los que en algún momento se rebelaron contra la violencia establecida, a aquellos que también fueron violentados y no tuvieron fuerzas para rebelarse, a todos los que vieron sus ideales sociales fracasados, a todas las buenas gentes del mundo, no importa de donde provengan ni el color de su banderas, lo que nos une es el futuro.
Vamos a visitar a los gobiernos y las instituciones para hablarles de estas cosas y les vamos a entregar este manifiesto del que a continuación les leo un fragmento.
“Señores presidentes y primeros ministros de los Estados Unidos de América, de la Federación Rusa, de la República P. China, de la República de Francia, del Reino Unido, de la República de la India, de R.I. de Pakistán, de República D. Popular de Corea y del Estado de Israel:
Recae en ustedes la responsabilidad de este momento en que se decide el futuro humano. Ustedes serán los que decidirán entre la historia y la prehistoria, entre la humanización y la animalización, entre una tierra para todos o un mundo atemorizado, entre una tierra generosa, o un desierto contaminado. Ustedes serán los responsables de la atmósfera social que respiremos en los años próximos.
Les exigimos a usedes que prioricen en sus políticas de defensa y relaciones exteriores:
• el desarme nuclear a nivel mundial,
• el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados,
• la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional,
• la firma de tratados de no agresión entre países y
• la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.”
Llega el momento de agradecer y recordar a todos los que han hecho posible esta MM. En algo más de dos años partiendo de unos pocos a los que se fueron sumando otros, y otros y otros. Así, de manera suave, sin recursos, sin apoyos de poderes, ni de empresas, con el “boca a boca” se fue expandiendo esta idea, que fue calando hasta ser una “posibilidad”, después se convirtió en “certeza” que acabó siendo una inspiración para muchos. Rodando y rodando ha llegado a cubrir casi 100 países del planeta. Partió de la organización humanista Mundo Sin Guerras y en poco tiempo se sumaron cientos, hoy miles de organizaciones. Agradecemos a los humanistas del mundo, a sus organismos y frentes de acción. Agradecemos a la red mundial de Alcaldes por la Paz, a Federico Mayor Zaragoza de la Fundación Cultura para la Paz, a la Red de Parlamentarios por el Desarme Nuclear, a la Red Abolition 2000, al grupo SUMMIT de Premios Nobel, por mencionar a algunas de ellas. Son miles de intelectuales, artistas, académicos, deportistas, que se han sumado a esta MM junto con presidentes, alcaldes y líderes espirituales. Y cómo no junto a M. Gandhi recordar también a M. Luther King como exponentes máximos de la no-violencia. A Mario Rodríguez Cobos (Silo) creador del Humanismo Universalista. Sin todos vosotros esta MM no hubiera sido posible. Pero los grandes protagonistas de esta marcha son los cientos de miles y esperamos millones de personas anónimas, los “invisibles del mundo” que son los que finalmente sufrimos la violencia en todas sus formas. Esta es la marcha de todos aquellos que nunca marcharon, que nunca se manifestaron pero que piensan que ha llegado el momento de decir basta a tanta barbarie, por primera vez en la historia a nivel mundial.
Amigos para terminar quiero hacer referencia a un relato que ha sido muy inspirador y de gran significado para muchos en esta marcha:
En los remotos tiempos buscando alimento y cobijo aquellos primeros pobladores se adentraron en tierras inhóspitas y desconocidas, donde lucharon contra las fieras, los elementos y las fuerzas de la naturaleza. Así fue por milenios. Al final de aquella gran época acabaron poblando toda la tierra.
En otra época buscando riquezas, posesiones y aventuras, unos pueblos sometieron a otros pueblos. Los masacraron y esclavizaron, apropiándose de sus bienes, de sus recursos, de sus cuerpos y también de sus mentes. Así han estado recorrieron el mundo hasta hoy, sembrando sometimiento, hambre, miseria, enfermedad y dolor, mucho dolor.
Pero hoy ya llegan tiempos de renovación, en los que el ser humano vuelva a recorrer el planeta tierra. No para saciar su hambre, ni para esclavizar o robar al otro. Sino para tender la mano reconociendo al hermano, para reconciliarse, para colaborar, para construir las bases de una nueva cultura, de una nueva civilización como jamás antes hubo en la tierra. Para decididamente construir la nación humana universal...
Llego la época en la que el ser humano decidió ponerse en pie y confluir desde las distintas razas, creencias y generaciones, por primera vez en la historia en una empresa común: una gran marcha que recorrió el mundo conmoviendo la conciencia y el corazón humano…
Amigos…. ¡Marchemos y no paremos hasta conseguir nuestro propósito¡
Un mundo sin guerra y sin violencia
¡Que viva esta Marcha Mundial por la Paz y la no-violencia!

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