Rafael Poch: El bluf antinuclear de Obama
Es muy difícil predicar respeto al Acuerdo de No Proliferación, cuando las grandes potencias ignoran su principal precepto
En abril del año pasado Obama mencionó, en Estrasburgo y en Praga, la perspectiva de "un mundo sin armas nucleares". Desde que aquí se dijo que Obama era un rey desnudo, ha quedado claro que no había nada que esperar del Presidente en materia de desarme y dominio imperial. Recordémoslo.Obama excluyó expresamente el gasto militar de los tres años de congelación del gasto nacional a partir del 2011, aprobando el mayor presupuesto militar de la historia de su país desde la segunda guerra mundial, por encima de los 700.000 millones de dólares para el año que viene. Esa fue la principal noticia de su discurso sobre el estado de la nación y casi todo el mundo la ignoró.
Obama ha escalado el conflicto de Afganistán, donde ya hay más tropas occidentales (150.000) que las que la URSS metió allá en el momento de su mayor implicación militar, y lo ha ampliado a Pakistán. El Presidente se ha implicado aun más en esa "guerra de los treinta años", con profusión de aviones no tripulados que lanzan misiles, y asesinatos extrajudiciales practicados con carácter semanal, a veces a cargo de compañías privadas, sobre todo en el sur de Afganistán.
Su administración ha decidido instalar nuevos misiles y bases junto a las fronteras de Rusia, en Polonia, Rumania, Bulgaria y los mares Báltico y Negro, un gesto provocador destinado a mantener la seudoguerra fría con Moscú y a impedir una normalización de la seguridad continental, que, evidentemente, fortalecería a la Unión Europea.
En el Golfo Pérsico ha instalado nuevas baterías de misiles "Patriot" en; Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Bahrain.
En Colombia siete nuevas bases y 1400 soldados en los próximos 10 años contra el nuevo izquierdismo regional.
En Asía, 6400 millones de armas para Taiwán para contener a China.
Hasta en la desgraciada África, el Pentágono ha creado un nuevo "Estado Mayor Regional".
Ahora ha quedado claro que el Presidente no tenía ninguna intención de desarme nuclear, y que las frases de sus discursos en Estrasburgo y Praga eran meros recursos retóricos, vacíos de todo contenido.
Las proyecciones de gasto militar de Obama incluyen, uno de los mayores aumentos en gastos para ojivas nucleares de la historia, señala Greg Mello en el "Bulletin of the Atomic Scientists", la respetable revista fundada por Albert Einstein y otros físicos en 1945. Los fondos para ello aumentarán un 10% en 2011, con más aumentos en el futuro. El laboratorio de Los Alamos conocerá un incremento del 22% en sus presupuestos, sin análogos desde 1944, explica Mello, que se pregunta, "¿cómo se entienden estos presupuestos al lado de la voluntad de desarme del Presidente?". La respuesta es bien simple, dice: "no hay indicios de que Obama tenga, o tuviera alguna vez, voluntad en ese sentido".
El año pasado en Praga, Obama sólo expresó un vago deseo de "aspirar a un mundo sin armas nucleares", pero fue muy concreto al afirmar que su país, "mantendrá un arsenal nuclear seguro y eficaz para disuadir a cualquier adversario y garantizar la defensa de nuestros aliados". También habló del Acuerdo de No Proliferación Nuclear (NPT), firmado en 1968 y en vigor desde 1970, en los términos habituales.
Aunque todo el mundo lo olvida, ese acuerdo estipula, 1) que las cinco potencias nucleares (oficiales) que hay en el mundo se comprometen a negociar un desarme nuclear con miras a la prohibición universal del arma atómica y que, a cambio, 2) los países no nucleares se comprometen a abstenerse de desarrollar armas nucleares. En Praga Obama, como todos, no dijo nada de 1) y cuando habló de 2), sólo mencionó las transgresiones de Corea del Norte e Irán, sin referirse a las de otros países que ya tienen esas armas pero que están en buenas relaciones con Washington. A eso le llamó, "fortalecer el NPT como base de cooperación".
La última edición de la doctrina nuclear de Estados Unidos (Nuclear Posture Review), que se espera divulgar en marzo, mantendrá el uso del arma nuclear en la política militar del país durante los años de mandato que le quedan a Obama. Y no sólo eso, sino que los incrementos presupuestarios mencionados se utilizarán en modernizar y desarrollar una nueva generación de armas nucleares.
Cuatro pesos pesados de la política norteamericana; Henry Kissinger, el también ex Secretario de Estado George Schultz, el ex Secretario de Defensa William Perry y el senador Sam Nunn, también comenzaron a hablar, en enero de 2007, de la necesidad de reducir los "peligros nucleares" y avanzar hacia un mundo desnuclearizado. Algunos vieron esperanza en los manifiestos de este grupo de ancianos belicistas, pensando que la edad y el ya no tener nada que perder ni ganar en la vida podría haberles otorgado cierta sabiduría. Pues bien, el último manifiesto del grupo, publicado por el Wall Street Journal el 19 de enero, deja bien claro su apoyo al aumento del gasto en armas nucleares previsto por la administración Obama.
Como dice el experto indio Ramesh Thakur, "es difícil convencer a alguien de la inutilidad de las armas nucleares, cuando todos los que la poseen demuestran la continuidad de esa utilidad manteniéndolas".
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